Bienvenido 2021.

Es muy común que cada año que comienza, nos tracemos propósitos que esta vez sí vamos a cumplir: Ser más productivo, estudiar, comer más saludable, aprender o perfeccionar algún idioma, ahorrar dinero, mejorar el promedio académico, iniciar algún emprendimiento…  Aún cuando podemos hacerlo en cualquier momento del año, elegimos hacerlo en estas épocas en las que un ciclo finaliza y otro inicia. Es una forma de recargar energías, de mirar lo que hicimos, lo que dejamos pendiente por hacer o concluir y decidir si las retomamos, cerramos o si iniciamos nuevas.

¿Pero son realmente nuevos propósitos lo que necesitamos o renovar nuestras motivaciones? Esa pregunta cruzó por mi mente varias veces, ¿De qué serviría crear nuevos propósitos cuando estos continuaban siendo los mismos que yo perseguía sólo que con nuevos términos o plazos?

Iniciamos este nuevo año con algo de nerviosismo, pero también con mucha convicción, creyendo que las circunstancias nos fortalecerán como personas, como redes, como amigos y familia. ¿Cuál es nuestro propósito, se preguntarán? Deseamos continuar con nuestra SIEMBRA en bienestar, confianza y amor para que así, nos alimentemos y pronto, cosechemos juntos. 

¿Tienes algún propósito que quieras compartir? Comencemos fortaleciendo esos lazos que ya tenemos y tanto necesitamos.

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